Artista, escritor, fundador de manifestaciones artísticas y activista político, Jean-Jacques Lebel es también un gran coleccionista. Su mirada se dirige a las obras al margen de la cultura oficial: las obras de arte en bruto, las artes no occidentales y primitivas, las obras de los surrealistas.
Heredó la rica colección de su padre, Robert Lebel (1901-1986), crítico de arte especialista en Marcel Duchamp. Una colección que se presenta como testimonio de la vivacidad de otra historia del arte, antiacadémica.
Al igual que Claude Lévi-Strauss, Georges Duthuit, Isabelle y Patrick Waldberg Robert Lebel gravitaba en torno al núcleo de los surrealistas exiliados en Estados Unidos entre 1941 y 1946: André Breton, Marcel Duchamp, Marx Ernst, André Masson, Yves Tanguy, Roberto Matta, Dorothea Tanning, Jacqueline Lamba.
Todos ellos pudieron satisfacer en Nueva York su curiosidad común por el arte de los indios norteamericanos gracias a sus frecuentes visitas al American Museum of Natural History y a la tienda del anticuario Julius Carlebach. Este último jugó un papel de intermediario entre el fundador del Museum of the American Indian, George Heye, quien dispersó algunas piezas de su colección, y los coleccionistas de tendencia surrealista.